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Un estudio publicado en la Gaceta Sanitaria analizó el contenido publicitario dirigido especialmente a niños a través de la televisión, y sus resultados, más que esperados, prenden las alarmas en un mundo donde los estilos de vida no saludables tienen en aumento las cifras de exceso de peso (llámese sobrepeso u obesidad).

Las campañas publicitarias de alimentos suelen ser sumamente invasivas en diferentes medios y son pensadas con el fin de dejar un mensaje que motive la compra del producto. Es por eso, que cuando los mensajes publicitarios de alimentos son dirigidos a niños, la cosa cambia, porque se trata de seres humanos fácilmente manipulables, vulnerables. Lo cierto es que al niño, a quien cautivan a través de la televisión, de publicidad callejera, o de sus propios compañeritos en el colegio (voz a voz), lo bombardean de información a diario. Basta con sentarse a ver televisión en la famosa franja ‘prime time’, en la cual se reproducen decenas de vídeos publicitarios una y otra vez, siendo la mayoría de alimentos particularmente dirigidos a niños.

 

En Colombia y el mundo se mueven millones de dólares en publicidad enfocada a la industria de alimentos. En nuestro país han recurrido a diferentes estrategias desde hace años, que buscan promover el consumo de alimentos, que en exceso, pueden generar enfermedad a mediano plazo (dislipidemias, diabetes, obesidad, hipertensión y problemas cardíacos son algunas de ellas). La industria de las bebidas azucaradas y de la comida rápida en general, usan todo tipo de artimañas para captar la atención de su público objetivo. Para el caso del vídeo, recurrir a niños que toman gaseosas envasadas en botellas tan grandes y exaltar del producto, propiedades que no tiene, convierten la pieza publicitaria en algo que debería ser tomado con pinzas por parte del consumidor final que probablemente no entiende los efectos a largo plazo relacionados con el consumo prolongado de estos alimentos.

Cabe resaltar, que la última Encuesta Nacional de la Situación Nutricional de Colombia (ENSIN 2010), reportó un aumento de la prevalencia de sobrepeso u obesidad del 25,9% para el último quinquenio, y lo más grave, que uno de cada seis niños y adolescentes presentaba sobrepeso u obesidad. Esto es un indicador perfecto para asumir que el mercadeo dirigido a alimentos debe ser responsable, más cuando se enfoca a niños.

El estudio español que indagó sobre el contenido publicitario de alimentos para población infantil, analizó dos diferentes variables de exposición: Según el tipo de alimento anunciado (si es un alimento procesado “saludable” pero denso en nutrientes y bajo en calorías; o no saludable por ser alto en energía, azúcares refinados, grasa o sal), y según el anuncio (si son dirigidos a niños y adolescentes, o si son dirigidos a adultos en general). Una vez recolectada la información en cintas, se analizó la exposición de los usuarios a publicidad de productos alimenticios procesados y bebidas no alcohólicas, encontrando que los usuarios estaban expuestos a aproximadamente 6.9 anuncios por hora relacionados con este tipo de alimentos. Los grupos de alimentos procesados mayormente anunciados fueron los lácteos (que incluyen yogures, quesos, batidos y preparados lácteos), los cereales azucarados, las galletas y el cacao, seguidos de pizzas y hamburguesas. Se encontró también que el 42.9% de los anuncios emitidos en dicho periodo de tiempo, estaban dirigidos a la población infantil y adolescente y que el 53.8% de la publicidad resaltaba alimentos no saludables o procesados (clasificados así por su exceso de azúcares refinados, sal o grasas; en comparación con un 46.2% que anunciaban productos no clasificables dentro de esta categoría.

Si bien es un estudio hecho en España, alerta a los profesionales de la salud e invita a reflexionar acerca de las estrategias de la industria de alimentos para persuadir a los compradores más jóvenes, quienes claramente representan gran parte de su población objetivo traducida en ventas. En Colombia el panorama no es muy diferente y valdría la pena realizar el mismo tipo de estudio, analizando los anuncios emitidos en ‘prime time’ en los canales nacionales. Sin embargo, a grandes rasgos alcanzamos a identificar bastantes anuncios relacionados, sobre todo, con bebidas azucaradas (predominando gaseosas y té), así como comidas rápidas y alimentos de ‘paquete’ (altos en azúcares refinados y grasas). 

Lo grave del asunto es que no se ponen barreras, ni se asignan multas, ni se sacan del aire. ¿Quién filtra el contenido de las pautas comerciales en Colombia?, ¿cuánto tendrán que aumentar las cifras de exceso de peso en nuestro país para poner en cintura a las industrias? ¿qué tal si revivimos el impuesto a las bebidas azucaradas que el gobierno hundió en la pasada Reforma Tributaria por intereses políticos de algunos a quienes la misma industria les patrocinó campañas en el pasado?. Hay mucho por reflexionar al respecto.

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