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En un post anterior hablamos de cómo en relaciones parasitarias, organismos como los hongos, son capaces de hacerse al control de otros seres vivos como insectos. Este hecho por supuesto que nos saca palabras y miradas de asombro, pero al parecer es posible que un ser microscópico sea capaz de hacer lo mismo con el ser humano. ¿QUE, QUÉ?

Pues bien, un estudio publicado el año pasado podría ser la clave que explica qué, cómo y por qué podría pasarle este extraño e increíble suceso a un ser humano. Los reportes recientes apuntan a que un protozoo relacionado con infecciones severas alrededor del mundo, está detrás de una posible manipulación a nivel nervioso del ser humano.

Toxoplasma gondii

Es un protozoo, parásito de todos los mamíferos de sangre caliente, incluyendo humanos, a quienes al parecer, les puede llegar a causar esquizofrenia, intentos de suicidio, cambios de personalidad y un rendimiento neurocognitivo disminuido. En raros casos, reporta el autor, T. gondii puede presentarse con síntomas patológicos severos que incluyen coroiditis, miocarditis y meningoencefalitis, que pueden llevan a la muerte. Es decir que la mayoría de humanos infectados no presentan síntomas de enfermedad, lo cual explica porqué esta infección no es de significancia médica excepto en casos en que ocurra en concomitancia con VIH.

Contaminación y ciclo de vida

La principal fuente de infección en humanos es a través del contacto y consumo de carne infectada (especialmente de cerdo), transmisión materno-fetal y exposición a suelo y aguas contaminadas por ooquistes.

Hipótesis sobre control animal previo

Una primera hipótesis citada por el autor indica que posiblemente el parásito es capaz de modificar comportamientos en roedores, quienes serían los hospederos iniciales más cercanos. Una vez en el cuerpo de una rata, provoca que esta pierda su aversión a la orina de los gatos, facilitando que estos últimos la conviertan en presa fácil. De esta forma el parásito continúa su ciclo antes de llegar al cuerpo humano.

Desórdenes mentales en humanos

La mayoría de estudios que están en linea con los descubrimientos en roedores, apuntan a enfermedades psiquiátricas en humanos, impulsividad y procesos cognitivos aberrantes. Resulta interesante el hecho de que algunos procesos infecciosos agudos de T. gondii resultan en alucinaciones, un factor clave de esquizofrenia. Aunque existen estudios que relacionan al parásito con depresión, el autor señala que probablemente no sean consistentes.

Otras consecuencias potenciales de la infección

Pobre regulación de impulsos que incluye comportamientos violentos es otra posible consecuencia de la infección. T. gondii se ha asociado también con mayores episodios de agresión en mujeres y de impulsividad en hombres que se ven envueltos en accidentes fatales y no fatales. Otros estudios, señala el autor, encuentran relación entre la infección e intentos de suicidio.

Este estudio buscaba la asociación entre el parásito y episodios neurológicos negativos, sin embargo, aclara la autora, el diseño como tal del experimento no permitió encontrar dicha asociación reportada en estudios previos. Esto, señala ella, probablemente esté relacionado con factores como la edad de los participantes.

De todas formas, estudios publicados este año en curso respaldan las hipótesis que ligan T. gondii con desórdenes neurológicos, haciendo salvedad en la dificultad para definir ciertos mecanismos relacionados con la infección.

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